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Es incuestionable que, desde el comienzo del boom, la novelística latinoamericana se empoza a dispara al ámbito internacional con grandes obras como lo son: 'Hijo de hombre' (1960), de Augusto Roa Bastos; 'La ciudad y los perros' (1962), de Mario Vargas Llosa; “La muerte de Artemio Cruz” (1962), de Carlos Fuentes; 'Rayuela' (1963), de Julio Cortazar; Los recuerdos del porvenir' (1963) de Elena Garro; 'Memorias del subdesarrollo' (1965), de Juan Edmundo Pérez Desnoe.
La trascendencia del impacto generado por el boom latinoamericano es percibido en la estructura de la literatura actual, así como en lo que la mayoría de la gente lo considera el nacimiento del Realismo Mágico. El boom influyó y dio origen a otros movimientos posteriores, cuya preponderancia aún se percibe en las corrientes literarias actuales en América Latina. Entre las corrientes literarias surgidas a partir del boom, se puede destacar el post-boom.
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En rigor, en los edad noventa, la novela latinoamericana experimentó una registro de cambios que se corresponden con el fresco contexto que diseñan la globalización para el mercado del obra surge
manantial popular y mundo se hace con los sellos editoriales más importantes de Latinoamérica, el capitalismo posfordista y las nuevas tecnologías. La datos personales narrativa tradicionalmente aferrada a una geodesía se empezó a amortiguar, como la correspondencia entre estado y país, aunque en la hábito no se haya apurado del todo, como prueban la factoría estantería particular de alcance recinto y las filiales nacionales de los grandes grupos
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